La seguridad es un tema de suma importancia cuando se trata del mantenimiento de nuestros vehículos, y es por ello que es una responsabilidad del usuario estar al pendiente de cualquier mal funcionamiento, así como de darle revisiones periódicas de acuerdo a las recomendaciones de nuestro servicio automotriz de preferencia. El líquido de frenos es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para garantizar el correcto funcionamiento de un automóvil, ya que está ligado al sistema de frenado, indispensable para reducir o frenar el movimiento del vehículo, y por lo tanto para mantener seguras a las personas que hacen uso de este. Sin embargo, muchos desconocemos datos relevantes como cuándo debemos cambiarlo o cuál es la mejor opción para cada caso. Para despejar tus dudas te contamos todo lo que debes saber sobre el líquido de frenos:
Función
Para explicar la función del líquido de frenos primero tenemos que hablar brevemente del sistema de frenado. En la mayoría de los coches se cuenta con frenos de tambor en la parte trasera y frenos de disco en la parte delantera, esto debido a que los primeros son más eficientes al momento del frenado, siendo importante que sean los delanteros ya que en ellos recae la inercia al frenar. El frenado sucede así: cuando el conductor pisa el pedal de freno se activa la fuerza mecánica en el pistón maestro, dicho pistón aplica presión hidráulica que lleva el líquido a través de las tuberías hasta los diferentes pistones en cada una de las llantas con fuerza uniforme, para que los discos o tambores, según sea el caso, cumplan con la función de detener al vehículo. En la actualidad, la gran mayoría de los sistemas de frenado sigue estos principios de transferencia de fluidos y presión, siendo el sistema de frenado hidráulico el más extendido del mercado. Por lo anterior puedes imaginarte la importancia de contar con un líquido de frenos adecuado y de darle mantenimiento cuando sea necesario.
¿Qué tipo de líquido debo usar?
Existen tres tipos de líquidos de frenos de manera general, los de base mineral (LHM), los de silicona (DOT 5) y los de glicol-éter (DOT 3, DOT 4 y DOT 5.1); a los dueños de vehículos promedio solo les interesan estos últimos, ya que son los estandarizados para uso de automóviles en el mercado mundial. Las siglas DOT hacen referencia al Departamento de Transporte de Estados Unidos, organismo que se encarga de regular y clasificar estos líquidos de acuerdo con su punto de ebullición. El DOT 3 es el más popular debido a sus precio económico, sin embargo absorbe agua con relativa facilidad, haciendo sus tiempos de reemplazo más cortos ya que acelera la corrosión en el sistema de frenado. El DOT 4 se usa en maquinarias más modernas o que requieren soportar un uso más riguroso, también son los más utilizados en el mercado gracias a su estabilidad que permite un uso más prolongado del líquido. El DOT 5.1 son similares a los DOT 4 pero con ciertas mejoras en su composición, ya que evitan aún más la humedad en el sistema de frenado, por lo que algunos los también son conocidos como DOT 4 Plus, aunque su baja viscosidad propicia el riesgo de fugas. Ahora bien, es importante no mezclar los líquidos de frenos entre sí, no sólo los de silicona con los de glicol-éter, ya que sus diferentes componentes los hacen incompatibles y con el riesgo de dañar los respectivos sistemas de frenado, sino que también se debe procurar el reemplazo total de un líquido de frenos si se piensa usar otro, esto con la finalidad de extender la vida útil del producto.
¿Cuándo y cómo reemplazar mi líquido de frenos?
Sin importar qué líquido se elija y qué tan buena tolerancia tenga contra el agua, tarde o temprano este tendrá que ser reemplazado. Es necesario decir que el líquido de frenos es un material sumamente corrosivo, por lo que es necesario que sea manejado con cierto cuidado, en este sentido lo mejor es encargárselo a tu servicio automotriz de confianza al momento de realizarle el servicio para prevenir accidentes. Como medida general, los mecánicos señalan que lo mejor es cambiar el líquido cada dos años o 400.000 km recorridos, sin embargo, si al momento de realizar el frenado se empiezan a sentir deficiencias (el vehículo tarda en responder, se requiere de presionar con bastante fuerza el pedal de frenado, o simplemente ya ha fallado una vez), lo mejor es acudir cuanto antes a un taller automotriz a pedir una revisión del sistema en general. El sistema de frenado es uno de los funcionamientos más efectivos que tienen los coches para ser seguros. No dejes pasar cualquier desperfecto: se trata de cuidar de ti y de quienes se suban a tu auto.