Aunque parezca una operación muy obvia, es sorprendente la cantidad de personas que cuentan con un vehículo y no saben cómo cambiar una llanta ponchada o en mal estado. También son muchos los casos en los que, al momento de realizar el cambio, cometen una serie de errores que pueden lastimar la carrocería y en el peor de los casos ponerse en un riesgo innecesario.
Por fortuna, realizar un cambio de llanta es sumamente sencillo cuando se conoce el procedimiento adecuado. En cualquier caso, si aún no sabes cómo proceder ante esta situación no esperes a estar en la necesidad de aprender, tómate unos cinco minutos para saber cómo cambiar una llanta con estos sencillos pasos.
● Asegura la movilidad del vehículo
Una vez que detectas problemas en cualquiera de las llantas, lo primero que debes hacer es estacionarte en un lugar seguro. Busca un lugar con superficie plana, evita las curvas ciegas y las superficies empinadas, pues no solo podrían dificultar el cambio de llantas, sino que podrías poner en riesgo a tu vehículo y la seguridad de los autos que estén circulando. Ya que hayas encontrado un buen lugar para estacionarte lo siguiente es poner el freno de mano, y dependiendo de la caja de cambios, también se sugiere ponerlo en primera o reversa (manual) o parking (automático).
● Prepara el equipo necesario
Todo automóvil particular debería llevar consigo un pequeño equipo de refacción. Además de la llanta, se requiere de una llave de cruz y de un gato. Alista tus herramientas y posiciónate en la llanta que necesitas cambiar. A su vez, deberás de colocar una piedra o un objeto pesado en la parte de adelante y atrás de las otras llantas.
● Afloja los birlos
Los birlos son esas tuercas que aseguran la llanta con el rin. Con tu vehículo aún en el suelo usa tu llave de cruz para aflojarlos. Ojo: aflojarlos, NO retirarlos. Las tuercas se liberan en sentido contrario a las manecillas del reloj.
● Posición del gato y levantamiento del vehículo
Posiciona el gato debajo del vehículo y procede a levantarlo unos 15 centímetros del suelo. Dependiendo del vehículo este podría tener un área designada para la utilización del gato (en ocasiones es un pedazo de metal que resalta del resto de la carrocería). Para más información de dónde debería de ir tu gato, lee el manual de tu automóvil. De manera general, el área designada para el gato suele estar debajo del chasis, si lo usas debajo de la carrocería podrías dañar tu vehículo.
● Retira los birlos y la llanta dañada
Remueve los birlos previamente aflojados con tus manos y ponlos en un lugar seguro ya que al ser piezas pequeñas se corre el riesgo de que se pierdan. Luego, retira con cuidado la rueda jalándola hacia ti.
● Coloca la refacción y los birlos
Toma el repuesto y coloca la montura en los pernos. Vuelve a posicionar los birlos; el mejor orden para hacerlo es en el que trazarías una 'x', ya que así la llanta se moverá poco y te será más sencillo seguir operándola. Ajusta las tuercas lo más que puedas antes de bajar el vehículo.
● Asegura el repuesto
Baja la llanta lo suficiente para que haya un contacto con el suelo, pero no tanto como para depositar todo el peso del vehículo aún, entonces procede a apretar lo más posible los birlos con la llave de cruz. Una vez listo, ya puedes bajar el automóvil por completo. Realiza un último ajuste con la llave para asegurarte de que los birlos sujetan por completo la refacción. Está de más decir que un cambio incorrecto de llantas puede poner en riesgo la seguridad de los que viajan en un vehículo, pero siguiendo los pasos de esta pequeña guía no tendrás de qué preocuparte. Como recomendación, puedes practicar en casa para que cuando se te presente un escenario real te sientas más confiado en tus habilidades, ya que todo conductor debería saber cómo proceder ante este tipo de imprevistos.
No olvides que las refacciones están diseñadas para viajes cortos y a velocidades prudentes (no más de 90 km/hr). Lo mejor que puedes hacer es acudir a tu servicio automotriz de confianza para reparar la dañada o solicitar una llanta adecuada para proseguir tu camino. Para evitar estas situaciones procura revisar el estado de tus llantas con regularidad; acude con los expertos, ahí podrán asesorarte con respecto al estado de tus llantas.